Hoy conocí un sujeto bien raro, pues vive al borde del abismo desde todo punto de vista; en primer, lugar vive de la jubilación que le paga el gobierno colombiano; igualmente, no es jubilado de cualquier pofesión, dedicó toda su vida a dar clases en una universidad pública colombiana; ahora bien, hoy por hoy decidió tomar el riesgo de vivir de la tierra, y tristemente en este país debo aclarar que de un cultivo legal; por último, su tierrita queda literalmente al pie del abismo, puesto que vive en la punta de una de esas montañas que le da imponencia al municipio de Caldas al sur del Valle de Aburrá.
Al verle quedé impresionado, pues no pude entender como en nariz tan delgada podía sostener un par de gafas, pero me distraje de esto en cuanto me preguntó lo que me preguntan todos:
-Y vos ¿Qué carrera estudiás?
Naturalmente respondí lo que ya tengo mecanizado:
-No señor, todavía estoy en el colegio
Entonces añadió lo que es natural:
-Y ¿Qué pensás estudiar?
Nuevamente respondí de forma mecanizada:
-Todavía no tengo idea.
Dejamos el tema por un momento y habló un poco de caña de azúcar y del orgullo que sentía de su infancia en Salgar. Pero nuevamente volvió y dijo:
-Yo le voy a ayudar a saber que quiere va a estudiar ¿Usted quiere ser astronauta?
Inmediatamente utilicé la risa diplomática y respondí no a la pregunta; pero siguió hablando con una elgante puntación y dijo:
-¿Entonces querés ser obispo?
Muy a mi pesar, tardé un momento en responder, finalmente lo hice, dije que no, pero un no que tenía color de otra cosa, entonces me dijo mientras se iba a servir tres tintos:
-Si ve, por lo menos ya tiene descartado algo.
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