Juro que esta mujer me ha
partido los sesos,
porque ella sale y entra
como una bala loca,
y abre mis parietales, y
nunca cicatriza,
así sople el verano o el
invierno,
así viva feliz sentado
sobre el triunfo
y el estómago lleno, como
un cóndor saciado,
así padezca el látigo del
hambre, así me acueste
o me levante, y me hunda de
cabeza en el día
como
una piedra bajo la corriente cambiante
No hay comentarios:
Publicar un comentario