"Si hija de mi Amor mi
Muerte fuese,
¡Qué parto tan dichoso
que sería
El de mi Amor contra
la vida mía!
¡Qué gloria, que el
morir de amar naciese!
Llevara yo en el alma
adonde fuese
El fuego en que me
abraso, y guardaría
Su llama fiel con la
ceniza fría
En el mismo sepulcro
en que durmiese.
De esotra parte de la
muerte dura
Vivirán en mi sombra
mis cuidados,
Y más allá del Lete mi
memoria.
Triunfará del olvido
tu hermosura;
Mi pura fe y ardiente,
de los hados;
Y el no ser, por amar,
será mi gloria."
Francisco de Quevedo y
Villegas
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