martes, 30 de junio de 2015

Como cualquier rutina

En los días sórdidos,
en los paisajes agrestes carentes de montañas
y ajenos por el calor estás vos.

En la euforia del éxito,
en la insolación del fracaso,
en el hastío de lo llano,
ahí estás vos.

Estás como quiero,
de pie, o en silencio,
o hablando sin decir nada y abarcándolo todo.
Estás ahí sin estar, durmiendo nada más,
durmiendo nada menos.
Estás ahí, con esa sobrecogedora parálisis,
con las ganas de despertar
y el miedo de hacerlo.

Estás justo donde quiero,
a la hora que quiero;
y sin decir nada vas y venís,
porque a estas alturas sobran las palabras,
porque a estas alturas da lo mismo.

Sea como sea
y porque me da la gana te construyo como necesito,
y te pongo a estar acá
de forma que un día cualquiera seas insoportable,
tanto como cualquier rutina;
de forma que un día cualquiera seas indispensable,
tanto como cualquier rutina.

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