sábado, 24 de octubre de 2015

Antes los días eran azules, ahora son por lo general incoloros, inoloros. Se nos iba la vida mirando hacia adelante, arreglando el mundo; cambiando las cosas por ahí sentados; no sabíamos nada pero deseábamos saber. Hablábamos de un tema y de otro, solo por hacerlo, por ser felices, porque era mejor hablar y pasar bueno por ahí sentados que hacer maestrías en conocimiento y llanto.
Éramos expertos en todo, en política, en comercio, en cultura, en cine y sobre todo en filosofía y fútbol que son la misma cosa, veíamos todos los partidos igual que ahora, pero en esos años los veíamos para ser felices, no para no estar tristes. 
Y así se nos iba la vida, quizá de todas las discusiones la única que nunca nos llevo a nada fue en la que nos intentábamos convencer si preferir Barcelona o Real Madrid, asunto aparentemente superfluo, pero era en esencia la forma de demostrar que las convicciones morales tanto las más racionales como las inconscientes eran irreconciliables, creo que por eso no volvimos a hablar.
Pero no éramos vagos, nunca lo fuimos, nunca nos faltó amor para subir la loma, no recuerdo ni un solo favor al que hubiéramos dicho que no. Puedo decir, con mucho orgullo, que sin nos convertimos en bultos grises es porque quisimos morir de cansados pero no encontramos porque cansarnos tanto.
Siempre fuimos inconformes, pero jamás nos quejamos del clima, o la comida o el aire, o el mugre o lo estrechos.
Un día todo acabó, nos entregaron un cartón y nos despecharon para la casa, que ya era hora empezar a vivir. Si tuviera ocasión de volver a ese día nos corregiría, porque no era una fiesta, era un velorio, ese día morimos. Nunca volví a pensar en el color del día, y empecé a cansarme por cansarme no para que las cosas salieran bien, nunca me detuve otra vez a mirar hacia adelante.
Hasta ese día vivimos cuesta arriba, hasta ese día trepamos contentos porque llegamos a la cima miramos al paisaje y empezamos a caer, al subir pelear con la gravedad era una dicha pero al bajar fuimos sus presas, subiendo fuimos felices, de bajada bajamos montados en la gravedad y llenos de morados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario